- ¿Qué significa conducir la UNT?
- Por el prestigio, antigüedad y volumen de la UNT para mí fue el más grande honor en mi vida pública. Sin dudas otorga prestigio académico y social, pero nunca lo usé para abrir puertas. Me presento como Mario Marigliano en todo lugar, sin aditamento alguno.
- Como rector, ¿le quedaron asignaturas pendientes? ¿Qué fue lo más importante de su gestión y qué errores admite?
- Muchas cosas pendientes; y seguro serán más, a opinión de terceros. Me hubiera gustado lograr la segunda evaluación por parte de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) -logramos la primera, como punta en el país-. El error más grande que aún me golpea fue el de haber recompuesto el 13% del salario sacado por (Fernando) De la Rúa, con el dinero que teníamos para comprar el Comando de la V Brigada, tema que estaba sólo para su firma. Luego, la Nación recompuso ese 13%, como si la UNT no lo hubiera hecho. A pesar de nuestra queja en el Ministerio (de Educación), perdimos el dinero y el edificio.
- ¿Por qué siempre se habla de proyectar la UNT al medio, pero eso nunca se termina de concretar?
- Nadie puede dudar de la trascendente labor cultural de extensión de nuestro gobierno (1998-2006). Destaco sólo tres hechos relevantes que hasta hoy marcan un sello de la UNT: el Julio Cultural, los Megaconciertos y la creación del Museo de la UNT (MUNT). En lo demás, aunque se avanzó bastante, siempre se choca con los intereses de las facultades; no logramos una política orgánica y única que, a mi entender, debe consolidarse desde el rectorado.
- Regir la UNT, ¿implica un trampolín político o la carrera política va por carriles separados?
- Si se lo usa como tal, puede serlo. En mi caso, con activa vida política desde muy joven, no me sirvió o no quise usarlo. Claro, es posible que los caminos se crucen cuando se es un político. Lo importante es saber separarlos.
- ¿Qué sugerencias le haría a la futura conducción de la UNT?
-Que busque la segunda evaluación de la Coneau y que haga que académicos prestigiosos externos evalúen todas las carreras de la UNT. Otras universidades públicas y privadas nos sacan ventajas con nuevas y modernizadas carreras. Que privilegien lo académico, la institucionalidad, que rescaten el valor del consenso. La prudencia en la toma de decisiones estratégicas debe ser un norte permanente.
- ¿Se puede comparar la campaña electoral universitaria con el proselitismo gubernamental?
- No lo creo, ni aún por la verborragia de esta. Sí creo con absoluta convicción que buscar el sistema de elección directa nos puede llevar a una similitud de una elección por cargos gubernamentales. Allí, el dinero puede ser factor principal y la tentación de usar fondos públicos puede resultar letal para la ética y para la transparencia que debe primar en lo público. Creo que los partidos políticos, en sistemas directos, tendrían un rol importante; y eso no es bueno para una universidad, donde debe primar la diversidad ideológica.